jueves, 14 de julio de 2016

El objetivo del alma



El análisis kármico de una carta natal exige una profunda comprensión de los misterios de la vida y de la muerte.
Cuando un astrólogo kármico observa una carta natal sabe que esta evaluando un punto matemático de un largo camino que el alma individual viene transitando desde tiempos inmemoriales.

Esa carta es una historia de muchas y muchas vidas que apunta hacia un destino futuro, que sin dudas puede ser rectificado en el presente si las circunstancias apartaron al individuo del camino que el alma se esfuerza en recorrer.

En vidas anteriores realizamos muchas acciones que nos apartaron de la línea de nuestro propio destino y generamos conductas, que más allá de su calificación moral o ética produjeron experiencias carentes de significación real para nuestro crecimiento interior.

Cuando nos apartamos de la línea de nuestro destino, vivimos experiencias que no nos pertenecen.

Por el contrario, cuando rectificamos nuestros pasos en la vida y nos armonizamos con los profundos anhelos de nuestra alma todo vuelve a tener significado para nosotros.

A partir de esa nueva realidad, nuestra historia personal adquiere sentido y comienza a encontrar nuevamente su espacio y su expresión particular en la edificación del destino.

En nuestro mundo interno existen dos fuerzas en permanente confrontación;


-   la fuerza del alma

-   los hábitos que nos apartan del camino


El objetivo del alma es la propia felicidad,

No se puede ser feliz fuera de la línea de nuestro destino, por que solo en ella nuestra alma encuentra las condiciones apropiadas para su expresión.

En nuestra alma está la fuerza y el poder de reencarnación.

Es el alma de cada uno la que lucha persistentemente, desde lo profundo, para seguir en la línea de nuestro destino.

Cada reencarnación es una nueva oportunidad para que ajustemos nuestras cuentas con la justicia kármica, que opera en la esfera restrictiva de cada conciencia individual.

La ley del karma no busca el castigo por errores cometidos en el pasado sino que, por el contrario busca siempre ayudar el crecimiento espiritual de cada uno.

Cada reencarnación debe entenderse como una nueva oportunidad y no como un castigo.

Nos reencarnamos para estar junto a quienes debemos estar.

La reencarnación, además de ser un proceso espiritual que siempre se ha creído en todas las grandes religiones y filosofías

La reencarnación nos ayuda a entender por qué una persona nace con ciertas condiciones y otras no.

Si hubiera una sola oportunidad en la eternidad esto habría sido demasiado injusto y la misma leyes físicas nos enseñan que la materia ni se crea ni se destruye, solamente se transforma.

La historia kármica nos ayuda a entender por qué nos sentimos atraídos hacia ciertas personas y por qué rechazamos a otras.

En el amor las parejas tienen que enfrentarse juntos a muchas situaciones para salir adelante en la evolución.

Una vez que se ha entendido y aprendido la lección queda borrado ese Karma y no hay que volver a reencarnar para pagar ese Karma aunque lo más posible es que haya que reencarnar para aprender otras lecciones que aún no hayan sido superadas.

Muchas personas tienen relaciones amorosas perfectas o casi perfectas, muy felices, cuando se han perfeccionado y han aprendido las lecciones de las vidas pasadas. Han ganado su felicidad.

Los ciclos se inician y continúan en muchas vidas.

El Karma lo llevamos de reencarnación en reencarnación.

Si en una vida no se aprende la lección se nos dan otras oportunidades. Estamos aquí para aprender y para ayudar a otros a que aprendan, cada cual en su escalón evolutivo, cada cual en su momento de su Karma.

Si algo negativo le ocurre en esta vida o si algo positivo le sucede, en esos hechos estaremos viendo la Ley del Karma en acción

Cuando se entiende esta ley estamos dando un gran paso en nuestra evolución personal.

El amor es la fuerza más poderosa del universo.

Ni siquiera el tiempo, el nacimiento, la muerte pueden destruir los lazos del amor. La separación física de los seres queridos es transitoria, la comunicación siempre continúa en otros niveles.

Aquellas personas que se conocieron y amaron en el pasado reencarnan en el futuro. Aunque no recuerden sucesos de sus vidas pasadas se sentirán fuertemente atraídos el uno al otro. En cada nueva reencarnación el amor se profundiza y poco a poco va creciendo para ser cada vez menos egoísta, más desinteresado hasta que después de muchas, vidas, es perfecto. Generalmente las personas con las cuales uno se relaciona en esta vida han estado muy cerca de nosotros en vidas anteriores.

Las relaciones pudieron haber sido de padre a hijo, esposo a esposa, amigos íntimos, parientes, etc. El sexo no importa, pero cuando en esta vida uno está muy enamorado de alguien y el amor perdura y tiene características singulares lo más probable es que hayan estado juntos en el pasado, en otras vidas anteriores.
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