Queridos damas y caballeros:
Estoy muy cerca de ustedes, y me pueden sentir con su corazón.
Me llamaron María Magdalena en una de mis vidas en la Tierra, donde he vivido con tristeza y con gozo, con temor y con coraje.
Justo como ustedes, he vivido a través de cada emoción mientras recorría la trayectoria de la experiencia humana.
El trascender todas las emociones humanas no es una marca de la santidad. Las características de un santo son precisamente el reconocer y entender cada arruga en una cara humana.
Tienen un entendimiento tan profundo de la senda humana en la Tierra que no hay lugar para el juzgar, sólo para el espacio y el silencio, y una profunda comprensión de la otra persona.
Cuando la otra persona es entendida tan profundamente por un semejante, su carga se aligera. Un ser humano que puede ver profundo de esa manera ve la esencia de la otra persona, la esencia de la belleza y la sabiduría infinitas.
Ustedes son personas que desean ver profundo, queriendo escavar cada vez más profundo hasta llegar a la esencia, la Verdad, y ésa es su gran fuerza.
Todos ustedes se encuentran en camino a ese espacio al que me he referido, primero dándoselo a sí mismos y luego permitiendo un espacio para todos los demás, porque ustedes ya no necesitan juzgar, separar lo bueno de lo malo, la luz de la oscuridad.
Ese espacio del que hablo es el campo de energía Crística. Todos los que portan esta energía han venido a atestar este espacio, pero ¿cómo hacerlo? Las palabras siempre son insuficientes pues ¿cómo se puede describir aquello que no está vacío, sino lleno de sentimientos? Las palabras fracasan.
Yo sentí este vasto y silencioso espacio en la presencia de Jeshua, y me tocó profundamente. Fui abierta por la energía de su presencia donde descubrí entonces ese espacio dentro de mí y empecé gradualmente a morar en él, sintiéndome en casa allí.
Debido a eso me pude distanciar cada vez más de las intensas emociones humanas que también me plagaban: el temor, el horror, el dolor, la ira, el odio. Es tan fácil perderse en esas corrientes de emociones interiores.
Su labor como seres humanos es crear este espacio dentro de sí mismos. Otra persona los puede invitar a hacerlo a través de su presencia y sosteniendo frente a ustedes un espejo de cómo puede ser, cómo pueden vivir a partir de ese espacio dentro de sí mismos.
Y ésa es esencialmente la labor, o el propósito interno, de un trabajador de la Luz, sostenerse en ese espacio en la presencia de otros, primero y antes que nada estando presentes en sí mismos.
Practiquemos eso por un momento. Sientan que su conciencia se vuelve ligera y gentil, un poquito ondulada y con rizos, no forzada sino muy abierta.
Permitan que esa gentil corriente de su conciencia circule a través de ustedes. Primero a través de su cabeza, donde les quita la dureza de sus pensamientos para que se puedan volver gentiles y amistosos. A menudo surge un punto cortante en sus pensamientos que se origina en el dolor que ustedes sienten y al que piensan deben reaccionar, contraatacar, del que volverse defensivos.
Dejen ir esa necesidad y permitan entrar a esa calmada y gentil corriente de su verdadera conciencia.Permítanle fluir a través de su garganta y sus hombros, a través de su corazón, su plexo solar, su abdomen.
Pueden pensar de esto como una corriente burbujeante que fluye libre naturalmente. Hagan un énfasis especial en el área de su abdomen y su pelvis, y permitan que el ‘agua’ fluya allí, limpiándolos gentilmente.
Todo lo que hiera será barrido por ese flujo. Permitan que esa energía se mueva a sus muslos, sus rodillas, y la parte inferior de sus piernas. Vean cómo fluye la corriente a través de sus pies, por entre sus dedos del pie y entrando al suelo, y cómo sus ‘raíces’ son nutridas por la Tierra – alimentadas por su fuerza y nutrición. Sientan cómo la tierra los apoya, ese suelo bajo sus pies, y vengan a Casa a sí mismos.
Sientan cuánto desean expander su aura a su alrededor. Su campo energético es una extensión natural de su ser físico. ¿Adónde llega, cuál se siente es un buen límite? Siéntanse libres para ampliarlo, pues ustedes no están afectando negativamente a nadie en él; de hecho, su espacio crea un espacio también para otro.
Siéntanse libres para descansar en sí mismos. Húndanse más profundo en su abdomen y permitan que su respiración los siga. Sientan cómo estando en ese estado ustedes son gentiles y calmados, están en paz consigo mismos; y sin embargo, al mismo tiempo, tienen claros límites que ustedes sienten fuertemente dentro de sí. Su aura está segura con ustedes, así que permítanle ocupar el espacio que sea adecuado para ustedes mientras que al mismo tiempo se sienten calmados y abiertos interiormente.
Desde este estado de conciencia los invito a que vean cómo interactúan, enganchándose o desenganchándose con sus energías masculinas y femeninas en la vida diaria en el mundo. Ustedes tienden a usarlas separadamente una de otra, o de un modo que no apoya suficientemente al otro.
La energía gentil que acabo de describir es su lado femenino. Se preocupa de los demás y puede empatizar y entender a profundidad, pero a menudo cuando enganchan esta energía en conexión con otro ustedes se salen de sí mismos. Saltan fuera de su propia aura o campo energético y se pierden en el de esa otra persona.
Vean a ver si reconocen esta tendencia en sí mismos y sientan qué les sucede energéticamente cuando hacen esto. Su energía sale disparada hacia arriba y pierden su paz, el ancla, en su base, su abdomen.
Voy a hablar ahora sobre la energía masculina. Hay tiempos en el que el conectarse con otros es demasiado para ustedes, empujándolos a salirse de sí mismos y dejar su base. Eso no los nutre y hay algo que está desequilibrado.
En ese momento su aura necesita cerrarse y ustedes tienen que ir a Casa a sí mismos, pero es como si aparentemente tuvieran tan sólo una opción, que es establecer su energía masculina de un modo firme y casi duro, casi como una armadura o una pared a fin de prevenir que su energía se escape.
Y como las emociones se han albergado dentro de ustedes, tales como la insatisfacción, el enojo, la desilusión, ustedes erigen una pared defensiva, pero vean lo que esto causa en su interior, vean cómo se siente interiormente.
Vean cómo los afecta esto, pero véanlo con calma y con cierta curiosidad: “¿qué causa esto en mí? ¿se siente opresivo o liberador?“ Desafortunadamente, la naturaleza de una reacción defensiva va contra su calmada fuente natural interna.
Este patrón sucede muy a menudo en ustedes, y hablo en particular sobre un grupo de trabajadores de la Luz que nacieron con una sentitividad naturalmente elevada y quienes sienten empatía con facilidad hacia otras personas. A partir de su rol como pioneros de la conciencia, ellos tienden a dar demasiado de sí mismos con la esperanza de que haya una resonancia, un reconocimiento, un estar sintonizado con otro.
Cuando esta conexión no sucede, lo cual ha sucedido durante todas sus vidas, o sigue sucediendo, entonces esto conduce a un dolor interior, una desilusión, frustración, enojo, resentimiento, o se sienten solitarios.
Ustedes enganchan a menudo la energía masculina para cerrarse, lo cual es restrictivo y los hace sentir más solitarios. El hacer eso no es el modo de ampliar su espacio, que es el fijar los límites de un modo natural; sino que es más bien el cerrarse y el retirar su energía de su espacio.
Los aliento a enganchar tanto sus energías masculinas como femeninas de un modo diferente. Han sentido justo ahora mismo que es posible sentirse completamente en Casa y estar anclados en su interior consigo mismos. Sientan de nuevo descendiendo de nuevo allí.
Es posible permanecer allí, inclusive mientras interactúan con otros, y eso significa que dejan ir activamente el tratar de cambiar las cosas demasiado, que reconocen su necesidad de tener el control o de ser reconocidos, y que ya no desean más salirse de sí mismos para tratar de ganarse el derecho a existir. Porque eso es lo que quieren lograr con la necesidad excesiva de dar y conectar con otros.
Ustedes desean ver que su derecho de existir es afirmado por esa persona – que ellos quieren que ustedes sean como son de verdad. Es natural para un niño desear eso, pero el ser espiritualmente maduros y crecer significa que ustedes cuidan de las necesidades y deseos de su propio niño interior, y afirman realmente y reconocen su derecho a existir – y hacen eso una y otra vez.
Hacen eso estando abiertos a los impulsos de su niño interior y estando consciente de sus necesidades a medida que interactúan con el mundo a su alrededor.
Ahora conéctense conscientemente con su campo energético; estén plenamente presentes en su interior y sientan a su niño interior en su abdomen. Respiren gentilmente y sientan cómo la Luz llena su aura, su espacio. Este es un espacio sagrado.
Ustedes tienen la habilidad para observar y ver su esencia interior, su propia belleza y sabiduría, su propio valor y amor. Si hay una labor que tienen en la vida, es ésta, ver, apreciar, y aceptar su propia fuerza única, la joya que ustedes son.
Eso es todo, eso despierta la Conciencia Crística en su interior, la cual emana por sí misma a otros y no es algo que necesiten lograr mediante un esfuerzo o lucha. Este es precisamente el arte de enraizarse profundamente en su propia base y permanecer en su propio ser.
Esto es asimismo, literalmente, la solución para resolver los viejos traumas que ustedes portan consigo: pueden aligerar su carga emocional encontrando un equilibrio entre las energías masculinas y femeninas.
La energía masculina los regresa a sí mismos, los ayuda a desengancharse y a hacer distinciones cuando sea necesario. La energía femenina es su gentileza, su habilidad para conectar, para entender, para comprender; idealmente ambas energías, la masculina y la femenina, trabajan juntas como una.
El trauma surge siempre cuando ustedes se separan de su base porque cuando están desequilibrados, se jalan fuera de sí mismos y se fragmentan, tienen dolor por el rechazo – especiamente un rechazo emocional – los puede tocar profundamente y ocasionar que sus sentimientos los separe.
Mediante la observación interna y una terapia de regresión a profundidad, ustedes llegan a saber mucho sobre sus traumas pasados, y eso ayuda a fin de adquirir perspicacias.
Pero en el corazón de toda sanación y autosanación yace el regreso a sí mismos, para abrazar a su propio yo y reconocer sus límites – y al mismo tiempo permanecer gentiles, calmados, y abiertos interiormente. Y precisamente debido a que permanecen en sí mismos son capaces de hacer mucho por otros por lo que ustedes son y lo que emanan.
Disfruten otro momento en silencio siendo ustedes mismos. Relájense y osen ser quiénes son ustedes – ¡ustedes son hermosos! La energía Crística está despertando en todos ustedes. Sientan la presencia del Cristo en su espacio interior.
© Pamela Kribbe – www.jeshua.net
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