jueves, 9 de noviembre de 2017
BIDI - PARTE 5 - OCTUBRE DE 2017
BIDI
Parte 5
Octubre 2017
Bueno, Bidi está aquí. Instalemos la Acogida y el Silencio antes de continuar.
…Silencio…
Os escucho.
Pregunta: Me gustaría, simplemente, testimoniar una alegría y una intensa ligereza en el silencio del corazón y con todo, sin pedir nada especial.
Entonces, acojamos tu testimonio. Solo tienes que mantenerte así todo el tiempo, permanentemente. Aprovecha esta oportunidad que se te ofrece para darte cuenta de que lo que sucede en mi presencia es exactamente lo mismo que lo que ocurre también en tu presencia. No tienes nada que retener, ninguna regla que observar, sino solo dejar que se despliegue una y otra vez lo que está sucediendo ahora y lo que se producirá en un número cada vez mayor de vosotros. Cualesquiera que sean las vicisitudes de vuestra vida, los problemas, las obligaciones, todo desaparecerá frente a este gozo, sin esfuerzo, con evidencia y diría incluso -por una vez que estoy en vuestro tiempo-, que cada día que pase veréis entre muchos de vosotros, esta ligereza, esta Alegría como ninguna otra, tomar la delantera y dar las órdenes.
Abandonaos a eso. No lo expliquéis, no lo comprendáis, pero vividlo con intensidad, con verdad, con humildad; no necesitáis nada más. Ni siquiera para saber lo que vais a hacer mañana o en el instante siguiente. No necesitáis ningún punto de apoyo o de referencia al pasado en vuestra historia, ni a ningún modelo. Despojaos. Desnudad esta joya, no por un acto, sino por la evidencia que está ahí. Ahí está la Verdad, la que os sitúa en la Alegría permanente, en la permanencia del corazón y de la Eternidad. No se requiere ningún esfuerzo, todo lo contrario; lo vivís ya algunos de vosotros. Y aunque la experiencia la hayáis vivido antes o si todavía no la habéis vivido, ahí está la Verdad, ahí sois simples y verdaderos.
Ved la diferencia, incluso pensando en esos recuerdos felices; no hay comparación posible. Esta Alegría sin objeto, esta ligereza, esta evidencia, es independiente de cualquier circunstancia de vuestra vida, de vuestra edad, tanto de vuestras miserias como de vuestras alegrías efímeras. No hay nada más porque lo que queda es pasajero. Y lo que está ahí, incluso por experiencia, o quien esté ahí, es el Único, el Último, el testigo indirecto de lo que se vuelve a diseñar, de lo que se ha encontrado. Y cuando estás en este lugar que es el más justo, no necesitáis palabras, no necesitáis proyecciones, no necesitáis conciencia, irradiáis hasta el infinito, superando el marco de la tierra donde estáis ubicados.
Bienvenidos a vuestra casa, y esto es contagioso; veréis que es más contagioso que el peor de los virus. Todo fluye desde ahí, todo está incluido. Es vuestra naturaleza, es nuestra naturaleza Una. Sobre todo, no tratéis de retener o de reproducirlo en la memoria porque está ahí. Y allí, tú eres la Vida y no tu vida estrecha con todo lo pasajero, que aparece y desaparece.
…Silencio…
¿Quién habla ahora?
Pregunta: Gracias por la fuerza que irradia y la alegría que nos aporta. No tengo ninguna pregunta, pero acepto lo que pueda decirme.
Te responderé a ti, en vista de lo que dices y de lo que vives; según lo que veo solo tengo que decirte que tienes que vivirlo en cada respiración, en cada ocasión. Depende de todos vosotros, a partir de ahora, que nunca se apague, que nunca desaparezca, pase lo que pase, porque en este caso ya no sois vuestra vida, sino la Vida. Todo lo demás se hace de forma natural, sin esfuerzo, repito, con evidencia y con facilidad. Os encontráis y os reconocéis. Y si no es hoy, será en otro momento, está en curso. Entonces, ¿qué importa el final del Kali Yuga?, ¿qué importa que toméis la iniciativa en relación con lo que es verdadero, lo que es único? Ahí está la única espiritualidad; todo lo demás no son más que habladurías, ilusiones que pasan.
No necesitáis ropa especial, no precisáis palabras especiales a partir de ahora; no necesitáis nada. Dejaos vivir, dejaos que la Vida os viva. Además, constataréis que, si queréis volver atrás, lo que dudo, se desencadenará un tipo de sufrimiento que no es físico, sino un sentimiento de pérdida porque ya no podéis perderos a vosotros mismos. En cualquier acontecimiento que tengáis que vivir, íntimamente o colectivamente, os devuelve a lo que sois. Todo lo demás es pasajero, todo lo demás pasa y vosotros permanecéis, sea cual sea vuestro cuerpo, vuestra historia, vuestro mundo. Eso no importa. Todo es relativo a lo pasajero.
Lo que vivís algunos o muchos, aquí o en otra parte, es la única Verdad. Podría decir que es la única llave que puede ser útil, la única puerta que no existe. Es el único lugar correcto, totalmente verdadero, absolutamente verdadero. Olvidad incluso las nociones de Absoluto, del Último y de todo lo que queráis, porque ahí donde estáis es precisamente la antesala. Estáis en buen lugar. No os pido que me creáis, pero comprobadlo por vosotros mismos. La única solidez, solo puede venir de ahí, la única certeza allí donde las incertidumbres de vuestra vida, de vuestro mundo, están relegadas al olvido, como una gran farsa -que es. Aquí, no necesitáis nada más.
El Espíritu se vuelve a encontrar, la Verdad se hace a la luz. Sumergíos en eso por completo. Y si eso no lo percibís, no os preocupéis, también caerá en vosotros, es inevitable. No puede haber otra salida posible que la Alegría, ese santo de los santos, y observad muchos de vosotros, aquí y en otras partes, que, hasta las etapas intermedias, en que se han sentido las vibraciones, los circuitos, los chakras y demás, son relativas.
Diría incluso, que hay más certeza en la ligereza y en esta Alegría que en el hecho de sentir y vivir ciertas sensaciones, ciertos sentimientos, ciertas experiencias. Aquí, ya no estáis en la experiencia, estáis en un estado más allá de todo estado, diga lo que diga vuestra persona, vuestro mental, vuestras vibraciones. Así de simple. Comprobad, constatad, no os detengáis. Y todos los que os encontráis, permitís a otros muchos hermanos y hermanas que se encuentren. Es fácil. No es un trabajo, no es un ejercicio, es el “sí” total a la Eternidad y a la Vida, no a la parodia. Todo está ahí.
…Silencio…
¿Quién quiere hablar, expresar, preguntar, decir?
Pregunta: No tengo pregunta; acojo con infinita gratitud, su respuesta.
…Silencio…
Así que es esto lo que te digo, que no es una respuesta, propiamente hablando, a una pregunta que no existe, pero sí una resonancia que va a producirse en el momento o más tarde, no importa. Nuevamente, no trates de comprender, acepta. El valor que das a cualquier elemento de este mundo, a cualquier aspecto de este mundo, nunca podrá aproximarse al valor que tú eres. Entonces, vuélvete hacia ti con toda sinceridad, con toda verdad, en este valor que nunca puede disminuir, nunca puede medirse o pesarse. Así que lo que queda de cargas no podrá ya estar presente. No te preocupes por la carga, sino por el valor, el valor de los que eres. No hay nada más estimable, es el oro más puro, es el único tesoro y es lo que eres; eso no tiene precio. Es un bálsamo. Y así, ninguna carencia puede haber si no es en lo que aparentemente falta en la persona. Pero la sensibilidad a la apariencia, el “yo”, también desaparece para ti.
…Silencio…
Escucha el silencio, él dice la verdad. Habla con él, aliméntalo con tu sonrisa. Necesitas, como cada uno de nosotros, vivir esto, esta exclusividad del Amor, de la Alegría, de la ligereza que incluye lo demás en la misma frescura, en la misma liviandad, en la misma evidencia. Ahí está la verdadera humildad, para reconocer este tesoro, para reconocer la Verdad que nunca se ha movido y lo demás se ilumina. No en el sentido mental, como comprensión o explicación; se ilumina porque eso es la Verdad. Y esa Verdad es una certeza inquebrantable que no sufre ni discusión ni cuestionamiento. Como sabéis, es lo que sois sin ninguna excepción, cualquiera que sea vuestra ubicación actual.
Esta capacidad de contagio de la que hablé, no es lineal ni aritmética, es exponencial, tanto para vosotros como para los que os rodean. El movimiento está bloqueado, la inmutabilidad aparece, barre todo lo que no tiene lugar de estar, dentro como fuera. Mirad a vuestro alrededor. Y cuanto más os adentréis y más miréis dentro, más inmutables seréis, más ligeros y más espacio y tiempo tomará la Alegría. Ya no hay lugar para la persona, no hay espacio para ningún galimatías espiritual.
Vosotros ya no estáis en estado de Gracia, sois la Gracia. No necesitáis el “estado” que solo es una experiencia. Aunque eso os parezca que ha pasado, nunca pasará. Y ahí dentro, no hay lugar para el sufrimiento, para los arrepentimientos, para las proyecciones, para las expectativas, para las esperas ni para la desesperación; ahí podéis decir: “sí; todo se ha cumplido”. Y eso os saca del tiempo, no estáis afectados por tiempo alguno que espera o que pasa.
…Silencio…
¿Quién habla?
Pregunta: No tengo ninguna pregunta, pero acepto con alegría y gratitud, lo que pueda decirme.
Habéis encontrado la fórmula, ¿eh? Pero está bien; es simple. Y, ¿qué me puedes decir de lo que eres?
Pregunta: Que todo está cumplido.
¿Y…?
Pregunta: Y que es simple.
¿Y…?
Pregunta: Y que la Alegría perpetua ha comenzado.
Entonces, no solo es contagioso, no solo es exponencial, sino que va a ser cada vez más intensa, esta alegría, esta ligereza, esta densidad. No pongáis barreras. Llevad la buena nueva, no hablando, sino siendo lo que sois; eso es ampliamente suficiente. Y, repito para ti como para cada uno, que eso proviene del santo de los santos. No hay necesidad de historia, ni de un templo, ni de un cuerpo, ni de una conciencia, aunque lo viva vuestra conciencia. Sois la Vida. Es cierto, y todo lo que os parecía verdadero antes, no puede seguir siendo verdadero frente a eso. Así que compartid, y la mejor manera de compartir es dejar ser lo que es. Como decía uno de los Ancianos, sed perezosos.
Guardad vuestras fuerzas para lo que tiene que hacer vuestra persona, pero esa fuerza que aparece, se refleja o se encuentra en vuestros alimentos. Alimentaos de vosotros mismos y ese alimento será sobreabundante, nunca puede faltar, es perpetuo, permanente, irreparable. Y eso no es un estado, no puede desaparecer, solo puede crecer o, en todo caso, dar la impresión de que crece, porque eso siempre ha estado ahí, intacto, simplemente toma todo el espacio y todo el tiempo.
…Silencio…
¿Quién habla?
Pregunta: le agradezco por todo lo que me ha enseñado, mi corazón está feliz ahora con un reconocimiento infinito, y está abierto de par en par para oír lo que tiene que decirme.
Tampoco olvides el reconocimiento para ti. Sé agradecida hacia lo que eres, es decir el Todo, en todas partes, y la nada aquí, juegues lo que juegues como papel y que sin embargo tienes que cumplir. Pero rectifico una palabra, no te he enseñado nada si no es a desaprender. Como mucho, acepto ser el olvido de lo que es conocido pero nunca os he enseñado nada si no es, como acabo de decirlo, desaprender, deshaceros de lo superfluo, de lo que os estorba. Y no puedo reivindicar nada, esto viene de vosotros, realmente y concretamente. De alguna manera habéis aceptado dejar de hacer esfuerzos, averiguarlo por vosotros mismos, olvidar todos los discursos, todas las experiencias pasadas. Os habéis atrevido a estar desnudos, simples, verdaderos. Aunque dure sólo cinco minutos, eso basta. Todo cambia, todo es reencontrado.
Y ahí estáis en el verdadero servicio, en el verdadero don, el que no espera nada a cambio, ni recompensa, ni agradecimientos, ni gratitud, porque es Evidencia. Soy cada uno de vosotros, sois cada uno de mí, en vosotros y en mí. La Fuente lo dijo, el Salvador está en vosotros, reveladle. Siempre os hemos dicho que erais vosotros quienes dabais este último paso. Por supuesto, está lo que había antes, pero os diré sinceramente, incluso lo que había antes, con relación a esto, no representa nada. Os ha permitido simplemente aligerar los pesos más pesados. Los pesos del miedo, los pesos del supuesto karma, los pesos del mental, de vuestras historias, de vuestras costumbres. Pero la Felicidad no está ahí, está en lo que sucede ahora. Que estéis liberados, que estéis despiertos, que estéis vibrando, que no sintáis nada, ya no hace ninguna diferencia hoy. Es esto lo que está pasando. Cuando digo que volvéis a encontrar lo que siempre ha estado ahí, cuando hay esta Felicidad, sabéis automáticamente que es la Verdad, que no puede haber ninguna otra. Todo lo demás es fútil, vosotros mismos lo estáis constatando.
¿Quién quiere decir algo o hablar?
Pregunta: no tengo tampoco ninguna pregunta, pero escucho con gracia lo que tiene que decirme.
...Silencio...
Escucha el Verbo de Amor que se esparce en tu ser. Canta la Resurrección, canta la Evidencia. De momento, sólo es un susurro, pero este susurro se convertirá en un rugido, un estallido de Felicidad, de claridad. Usa tu gratitud sobre ti misma, aunque sea sólo un susurro. Anímalo. En esto no hay ni preguntas ni explicaciones, en esto sólo hay lo que es verdad.
Lo que nombráis Teofanía, hoy, la vivís con vosotros mismos. Sólo soy un catalizador, no actúo, no hago nada. Lo que percibís y sentís es vuestra resonancia eterna. El susurro se vuelve rugido, el rugido se vuelve el Coro de los Ángeles, el Coro de los Ángeles os lleva al Paracleto, el Impersonal es vivido, Cristo es encontrado, se vive la Libertad. No dejes más los pensamientos ordinarios contrariar este rugido que viene. No te preocupes ni de mañana ni de ayer, deja que este niño interior venga a ti.
...Silencio...
¿Quién quiere hablar o decir algo?
Pregunta: no tengo ninguna pregunta. Acojo su Luz en la Felicidad y le escucho.
...Silencio...
Mi Luz, como dices, es tu Luz. La Luz es infinita, no puede ser la propiedad de nadie porque es la misma para cada uno, sea cual sea el papel, sea cual sea la escena del teatro que se esté jugando. En esta Felicidad y en esta Luz que eres, no hay ni bien ni mal, está el Todo, la plenitud, la alegría, donde el bien y el mal ni siquiera pueden ser concebidos ni imaginados. Lo que está ahí entierra, de manera definitiva, lo que podía parecer estorbaros, limitaros, restringiros. Eres mucho más vasta de lo que puedas imaginar, anticipar o soñar. Es tan vasto que nada puede escaparse a ello.
Así, todo lo que tienes que vivir, aquí o en otra parte, se hace en la misma ligereza, en la misma evidencia, en el acto más preciso, material, como en el acto más sutil, más invisible.
Hace mucho tiempo, hace algunos años creo, utilizabais la respuesta del corazón para elegir, para decidir lo que sea. Hoy, y cada día, el corazón tiene la respuesta para todo. Porque hay Evidencia y la respuesta es el Silencio, entonces la Felicidad se expande siempre más. Es un júbilo, tal y como se ha dicho, es una alegría. No podréis encontrar ningún calificativo satisfactorio, es por esto que el silencio es importante. No para guardarlo en un joyero sino al contrario para dejarlo emerger y aparecer siempre más.
Nada puede rivalizar o confrontarse a esto. Todo lo que quisiera oponerse en vosotros, en vuestro personaje, en vuestra vida, a esto, sólo puede ser consumido por el Fuego del Amor. Este Fuego del Amor actúa, aunque no sea inmediatamente, constataréis rápidamente que estas palabras no son unas palabras baladíes sino que son unas verdaderas palabras. Cuando se os dice, por numerosos intervinientes, que el Amor es la fuerza más poderosa, vais a averiguar la exactitud de esta afirmación. También vais a averiguar que ningún miedo puede instalarse, es quemado, que ningún sufrimiento puede perdurar, se disuelve.
Si tuviese que encontrar una imagen sería que estáis en vías de identificación con vosotros mismos. Como dije, os reencontráis. No es algo que encontráis, porque lo que era desconocido en el seno de la persona, el seno de lo que sois es algo conocido, que no deja ninguna sombra, ni nada en suspenso, todo está claro y límpido. Entonces sólo queda ir en paz y vivir lo que la vida te ofrece vivir. Nada puede estar perdido o estar oculto. Es la Libertad. Todas las demás verdades sólo pueden salir de ahí.
Vais a ser cada vez más numerosos en ver y en vivir que la cabeza no os sirve de nada, que simplemente ha servido para mantener una historia, lo falso, para interactuar unos con otros. Estando compartimentados y separados aparentemente, hicieron falta unos medios para comunicar, para contar cada uno su historia, pero ahora, con lo que vivís, sólo hay una única historia, es común a cada uno, sólo hay unas diferencias de formas y unas historias anexas. Esto no os limita en nada, esto derrumba todos los límites, incluso los de vuestro cuerpo.
...Silencio...
¿Quién quiere hablar?
Pregunta: muchísimas gracias por todos estos momentos compartidos de Felicidad y de Verdad. No tengo ninguna pregunta y soy todo oídos y muy feliz de ser.
Entonces, ¿cómo debo entender el todo oídos, “todo oídos” o “toda Sí”?
Pregunta: soy todo oídos.
Pero, yo te prefiero “toda Sí”. Entonces escucha, hermana mía, escucha lo que digo a tu corazón.
...Silencio...
Lo que tengo que decirte cabe en tu sonrisa y en mi sonrisa. Entonces te digo, ahora que has dicho “sí” y que eres todo oído, sonríe, porque la sonrisa es la muralla inviolable ante las ilusiones de este mundo, sea cual sea la circunstancia o el acontecimiento, y la sonrisa de tus labios es la sonrisa de tu corazón. Entonces el brillo del ojo se convierte en la radiación del corazón, entonces, en el silencio de las palabras, el Ángel de la Presencia canta tu resurrección. ¿Quién podría tener el orgullo o la vanidad de oponerse a esto? Incluso lo que fue llamado creo, por el Comendador, los chicos malos o los guiñoles, sólo son unos fantasmas mientras siguen jugando a este juego. No pueden hacer nada contra la sonrisa, no pueden hacer nada contra la Libertad. De hecho para ellos, esto es una gran lección, con el fin de ayudarles a reencontrarse ellos también. Nada es grave en el Amor, todo es justo. Habiéndose reencontrado, todo es perfecto, integralmente y totalmente.
...Silencio...
¿Quién desea hablar?
Estamos llegando al final del tiempo concedido, pero puede haber una última pregunta. Todavía hay más preguntas.
Pues si queréis, estaré a vuestra disposición en otro momento.
¿Hay una última pregunta?
Pregunta: con cada una de sus presencias entre nosotros, estoy en una felicidad inconmensurable y tengo una gratitud profunda por la ayuda que me aportó hace unos meses.
Pues desearía decirte una única cosa: estoy siempre ahí, como estás siempre ahí, nunca lo olvides. Lo que percibes no viene de mí sino de ti, es lo que eres. Incluso esto, tienes que girarlo hacia ti. Soy totalmente tú, no en una forma sino que en la joya. Siempre estoy ahí como siempre has estado ahí, sean cuales sean las apariencias y las vicisitudes de esta Ilusión. Acéptalo, y sobre todo experiméntalo, vívelo. No necesitas ningún objeto, ninguna foto mía ni nada más. No necesitas pensar en mí. El pensamiento está en la cabeza, estoy en tu corazón. Soy tu corazón, todo el tiempo, en cualquier cosa que pase.
...Silencio...
Entonces ha llegado tal vez el momento de dejar descansar vuestros oídos. Y como hay más peticiones ‒ de hecho no tengo que negociar nada ‒, vuelvo cuando quiero. Ah, me dicen que efectivamente tenéis que escuchar una historia importante mañana, volveré después. Mientras tanto, incluso en el silencio no puedo desaparecer. He desaparecido totalmente y la desaparición os hace aparecer por todas partes.
Entonces, si tuviese que formular un deseo, no es una petición sino un deseo que os parecerá evidente. No os apartéis de esto, pase lo que pase esto no puede dejaros; sea cual sea la pena, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, o la felicidad, siempre está ahí.
Eh bien Bidi os saluda, y Bidi volverá.
En cada uno de vosotros, la Paz, la ligereza, y como decía alguien, creo, en vuestra literatura: « Uno para todos, y todos para Uno. »
Hasta pronto.
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