Está muy claro que lo que pedimos se nos concede, por lo cual hay que tener muy presente lo que se pide, la manera en que hace y desde que lugar interno lo expresamos.
La mayoría de las personas cuando se les habla de “ABUNDANCIA” automáticamente visualizan el dinero o cosas materiales, sin embargo, la abundancia incluye a éstas y un montón de cosas más que tienen que ver con emociones, sensaciones y momentos. Cuando pido abundancia, estoy haciendo alusión a todo lo positivo: amor, bondad, salud, bienestar, felicidad, alegría, paz y todo lo material que queramos, pero no tenemos que olvidar que como seres duales, al pedir abundancia sin especificar, estamos atrayendo también carencia, egoísmo, miedo, desamparo, enfermedad y todo lo que somos, lo tengamos trabajado interiormente o no.
Realizar afirmaciones diarias pidiendo abundancia como algo generalizado no es en absoluto positivo, porque atraeré también abundancia de tristeza, abundancia de carencia, abundancia de inseguridad, y de todo lo negativo. Es muy importante especificar detalladamente qué es en lo que deseamos ser abundantes.
Un ejemplo podría ser: “ Me declaro abundante en el dinero, la salud, felicidad y prosperidad en mi vida”.
Ser abundante significa manifestarse desde esa realidad. No puedo ser abundante en lo material y manejarme de forma ególatra. Una persona abundante sólo lo es si se manifiesta como un ser abundante en el amor, en la compasión, en la caridad, en la economía. Siempre teniendo en claro que un ser próspero y abundante lo es si en realidad lo es con los demás. Compartirse en abundancia es la clave para recibirla.
Cuando nos sentamos a agradecer todo lo prósperos y abundantes que somos, estamos agradeciendo a nuestro Ser por dar tanta abundancia y prosperidad a los demás.
Sólo siendo COHERENTES con lo que pensamos, sentimos y brindamos podemos manifestar el mundo que deseamos para nosotros, y tenemos toda la responsabilidad en ello.
Vivamos en amor con nosotros mismos y en comunión con los demás, generando abundancia desde la prosperidad y expansión.
María Laura Coscia
http://universo-espiritual.ning.com/
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