martes, 24 de marzo de 2015

PRIMAVERA Y OTOÑO, SEGÚN LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA

PRIMAVERA Y OTOÑO, SEGÚN LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA


Para el Hemisferio Sur es Otoño
A cada estación un órgano: otoño - El pulmón
Otoño es para la Medicina Tradicional China (MTC) un espacio de tiempo destinado a cuidar específicamente de un órgano en concreto, el pulmón. Es precisamente durante esta estación en la que tiene su supremacía y, por ello, en la que necesita de unos cuidados y de una atención especiales puesto que es cuando es mayor su actividad y en cierto modo, su “responsabilidad” respecto a nuestra salud general.
Otoño es para la Medicina Tradicional China un espacio de tiempo destinado a cuidar específicamente de un órgano en concreto, el pulmón
Para los antiguos médicos chinos, cuyos conocimientos se remontan a hace más de 5.000 años, cada estación del año da protagonismo a un órgano determinado, de los cinco que establece esta medicina. A su vez cada órgano trabaja en concordancia con una entraña o víscera a la que va asociada.
El pulmón, asociado a intestino grueso, es el encargado de gobernarnos durante estos meses otoñales en los que tenemos que prepararnos para los cambios de temperatura, las inclemencias climáticas y la adaptación a un estado más introspectivo y de interiorización. No resulta pues de extrañar que para la medicina china el estado de nuestro sistema inmunitario, de nuestras defensas y de nuestra capacidad de adaptación recaiga sobre el pulmón. De su bienestar y de su buen funcionamiento dependerá la formación y la circulación de la llamada Wei Qi, o energía defensa. Es ya bien sabido que en otoño es imprescindible aumentar las defensas de nuestro organismo para evitar patologías tan intrínsecas a la época como resfriados y catarros. Como dijo Benjamín Franklin “un gramo de prevención es mejor que un kilo de curación”. Sin embargo hay que tener en cuenta que el concepto chino del término pulmón va más allá de lo que considera la medicina alopática occidental.
En MTC a cada órgano se asocia un elemento, un sabor y una emoción, así como un aspecto anatómico (Jing anatómico), uno sensorial (Jing sensorial) y una actividad mental o psíquica (Jing Shen). Si alguno de estos tres aspectos falla o no está en óptimas condiciones nuestro estado de salud se verá afectado y caeremos irremediablemente en la enfermedad.
El elemento que se asocia con el pulmón es el metal, con el que se identifica el cambio y las reformas, la purificación, la interiorización y la retracción. No sorprende, por tanto, que con la llegada del otoño la gran mayoría emprenda o desee llevar a cabo nuevos propósitos y proyectos, que en muchas ocasiones no son sino el fruto, la recolecta, de un trabajo o planificación anterior. En ocasiones esta voluntad se atribuye al descanso veraniego; iniciamos “el curso escolar” con fuerzas renovadas, aunque no estemos precisamente en edad de frecuentar las aulas, pero en realidad es el pulmón en su estado puro quien nos da este tipo de energía a la vez que nos repliega sobre nosotros mismos haciendo que miremos mas hacia nuestro interior para cosechar lo que hemos sembrado hasta ahora.
Puesto que el pulmón controla la energía Wei, o defensiva, activará de forma refleja todas las alarmas cuando nuestro organismo se vea amenazado por algún peligro.
Anatómicamente el pulmón es el amo de la dermatología pues es él quien controla la dermis, la epidermis y el vello. Es la piel la vía de salida de éste órgano, una de sus maneras de pedirnos ayuda y de indicarnos cuando algo no funciona bien. Respecto a su aspecto sensorial, el pulmón comunica con la nariz y la garganta permitiendo así el sentido del olfato y la expresión del llanto, por lo general mal visto por considerarlo una emoción negativa pero tan legitimo como la risa misma en cuanto a vía de expresión de laparte emocional de un órgano.
Partiendo del principio de que como “es arriba es abajo y como es adentro es afuera” los órganos y entrañas son como los seres vivos, con su parte fisiológica y su aspecto psíquico. El Jing Shen Pocorresponde al “alma sensitiva e instintiva”, al pulmón. No es sino la sensibilidad que tenemos cada uno de nosotros y que en ocasiones puede estar relacionada con nuestras experiencias pasadas. ¿Por qué, por ejemplo, al ver una película o al escuchar una música determinada hay quien se emociona y llora mientras que otro permanece impasible?. ¿Por qué el mismo estímulo provoca en algunos la llamada “piel de gallina”, reacción cutánea, y en otros no? A parte de esta sensibilidad, el Po es a su vez ese instinto de supervivencia que nos hace detectar las situaciones de peligro y pone en marcha de forma refleja nuestros mecanismos de defensa. Es precisamente porque el pulmón controla la energía Wei, o defensiva, que activará todas las alarmas cuando nuestro organismo se vea amenazado por algún peligro.


Para el Hemisferio Norte es Primavera
A cada estación un órgano: Primavera - Hígado
Iniciamos el mes de marzo y en breve llegará el equinoccio primaveral, momento en el que el día equivale a la noche, es decir, en el que las horas de luz diurna igualan a las de oscuridad. Durante los seis próximos meses irá predominando en la naturaleza y, por tanto, en la vida de todo ser, el principio Yang: luminosidad, calor y renacimiento. Es como si de repente algo se despertara en nosotros; sentimos deseos de iniciar nuevos proyectos y nuevas actividades, como si lo que ha estado oculto en nuestro interior durante los meses de frío empujara ahora para salir al exterior con ánimos y fuerzas renovadas. De hecho, este impulso interior no es más que el reflejo de lo que ocurre en la naturaleza: lo que durante el invierno ha quedado cubierto por la lluvia y la nieve emerge ahora con ímpetu, las semillas empezarán a germinar al tiempo que los árboles sacarán sus brotes, que alimentados en verano por el sol nos ofrecerán sus frutos en otoño.
La primavera es el momento justo para analizar nuestras viejas costumbres desde la perspectiva y adecuarlas a una nueva óptica
La primavera es el renacer, el momento de la producción y del florecimiento, y nosotros y nuestros sueños renacemos con ella. Es la estación verde, la del brillo del sol; el tiempo de la creación y del desarrollo. Así como ciertos animales salen de su letargo invernal a nosotros nos toca desperezarnos, coger lápiz y papel para anotar nuestros nuevos objetivos, cargar las pilas y ponernos el chándal para hacer que esos proyectos se conviertan en realidad. Es el momento justo para analizar nuestras viejas costumbres desde la perspectiva y adecuarlas a una nueva óptica.
Este movimiento de crecimiento, hacia arriba y de expansión como las ramas de los árboles, es la actividad que la teoría Wu Xing de la Medicina Tradicional China (MTC) asocia con la madera. Tras observar el cielo y la tierra y la manera como se relacionan los cinco elementos que la componen, los antiguos sabios chinos concluyeron que la evolución de los seres vivos en primavera corresponde al elemento madera y se caracteriza por el viento; “la primavera es una estación ventosa, pero el viento es suave y tibio. En esta estación diez mil árboles crecen y florecen. La naturaleza se recubre de color verde” (Shu Wen). Durante estos tres meses hasta que llegue el verano será el Hígadoquien gobierne nuestra actividad puesto que es éste órgano el principal responsable de los movimientos energéticos de nuestro organismo. Según la MTC para que puedan realizarse correctamente las funciones vitales hace falta que todas los componentes del cuerpo dispongan de suficiente energía y que ésta pueda circular libremente en todos los sentidos. El movimiento de la madera es la expansión, por tanto, si ésta se ve obstaculizada el hígado no puede cumplir su función de controlar la correcta circulación energética (Qi Ji) y aparecerá la enfermedad, sea por exceso o bien por defecto.
El hígado es un órgano fuerte y potente pero también es muy frágil y susceptible a las emociones pudiendo resultar dañado por impactos o desarreglos sentimentales
Para los textos clásicos chinos el hígado es el dueño y señor de los músculos, tendones y ligamentos cuya manifestación externa son las uñas y su vía de salida son los ojos. Esto significa que un hígado en buen estado de salud alimentará y nutrirá correctamente todas estas estructuras, de lo contrario podrán aparecer calambres, contracturas, rigidez muscular y articular y problemas de visión.
Como todo ser vivo cada órgano y entraña tiene, además de su parte fisiológica, su aspecto emocional y psíquico. El hígado es un órgano fuerte y potente pero también es muy frágil y susceptible a las emociones pudiendo resultar dañado por impactos o desarreglos sentimentales. Si esto ocurre aparecerán la rabia, la ira, la cólera, la irritabilidad y, al final del camino, la depresión. En definitiva, cualquier emoción reprimida le dañará “hiriendo sus sentimientos” y engendrando enfermedades, porque no hay que olvidar que el hígado es el principal laboratorio del cuerpo, tanto a nivel orgánico como emocional. Es por ello que cuando limitamos la expresión de nuestras emociones y se “enoja”, porque no le gusta la represión, su ira arremeterá contra todos sin contemplaciones. Según Ly Luan Dong “el hígado corresponde a la madera: la madera ama la libertad, la satisfacción y la templanza. Cuando uno está colérico, el hígado pierde su armonía, se congestiona y provoca la enfermedad”. Al fin y al cabo, ¿quién no se pone a la defensiva cuando ve sus sentimientos y emociones amenazados?
En su aspecto psíquico el hígado es la morada del Huno “alma subconsciente, etérea”. Se trata de la actividad mental inconsciente; alma que, según la tradición china, entra en el cuerpo después del nacimiento y sale de él después de la muerte para regresar al Cielo. Al Hunle corresponde gobernar el sueño y el mundo de los sueños así como el equilibrio emocional y la fluidez de las actividades mentales. Es a quien le debemos la inspiración y el entusiasmo por la vida.
fuente : servisalud.com

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