domingo, 15 de marzo de 2015

Parte del discurso del Amado Maestro El Morya en Filadelfia en 1953



Parte del discurso del Amado Maestro El Morya en Filadelfia en 1953
Esta tarde, amados amigos de Amor y Luz, permitid que me presente como el caballero que es responsable de vuestras presencias en esta habitación, y responsable también de sacar vuestras pequeñas barcas individuales desde los bajíos ¡al profundo mar azul!
Es, quizás, sabio y conveniente que Yo permanezca, por el momento, detrás del velo humano, pues es una medida de protección para Mi corriente de vida, así como para las vuestras. Pero me esforzaré, al hablaros informalmente, por daros cierta comprensión de cuál es el designio tras vuestra Corte Interna.
Por qué se produjo, y con qué propósito deseamos Nosotros sostenerla. ¡Con la comprensión, viene la iluminación, y la obediencia voluntaria! La corriente de vida que obedece sin comprensión no es más que un siervo y esclavo, y no les sirve de nada a los Maestros en esta obra, que ha de volverse de alcance mundial en su acción en los días y años por venir.
Estamos comprometidos, los otros Maestros Ascendidos y Yo, en la construcción de un Puente – un Puente que perdurará hasta que cada hombre, mujer y niño que pertenecen a esta evolución haya pasado sobre él desde el ámbito de la imperfección y la limitación, a la Liberación de Dios. En y por debajo de ese puente, Nosotros estamos construyendo una base hecha con corrientes de vida fuertes y valientes, escogidas y elegidas a mano, que puedan soportar el peso y fuerza de las energías de las masas, cuando éstas comiencen a cruzar desde las sombras hacia la Luz del Sol, desde la oscuridad hacia la Luz, desde la limitación a la Liberación, desde la enfermedad a la Salud y la Perfección.
Esas dos buenas mujeres que respondieron a Mi palabra, Mi amada Frances Ekey y Mi amada Mary Mynetta abrieron la puerta a través de la cual el Amado Mahá Sahib Me ha permitido alcanzar al resto de vosotros; y Yo tengo la esperanza de que seréis felices trabajando con Nosotros, pero de no ser así, seréis felices con el fruto de Nuestros esfuerzos.
Para finalizar, deseo hablar de la primera gran Dama de Nuestra Corte Interna que ha pasado a la Luz de la Estrella de Venus, y pedir que Ella sea recordada siempre con una silla vacía, la primera miembro de la Corte Interna que ha regresado a Casa, Mary Stuart (Mary Wagoner). Un espíritu valiente, que Yo conocía bien y que vosotros habéis amado, y ahora, mientras le dais reconocimiento, aceptad dentro de ese reconocimiento Mi Propio Amor por lo que Ella ha hecho, y hará a través de aquellos de vosotros que elijáis dedicar vuestras llamados a Victory.
¡Os doy gracias!
MORYA EL
Fuente: Amor y Verdad de los Maestros Ascendidos, páginas 135 - 140
26 de septiembre de 1953

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